Hiperconexión:
encuentre el equilibrio y limite el impacto sobre su vida diaria
Hoy, los ordenadores y los teléfonos móviles forman parte de nuestra vida diaria. Los utilizamos para trabajar, entretenernos, evadirnos y comunicarnos. Todos vivimos conectados y, ya sea en el ámbito personal como profesional, es difícil dejar de lado la tecnología digital.
Esta herramienta obviamente nos ha facilitado la vida, pero su uso puede resultar excesivo o inadaptado e implicar riesgos de sobrecarga mental. Por eso, es importante reflexionar sobre el uso y el abuso de dicha tecnología.
La mayoría de nosotros trabajamos en el ordenador varias horas por día.
Es un hecho generalizado, desde hace ya muchos años.
Pero algo ha cambiado desde el inicio de la pandemia, con la generalización del teletrabajo y el distanciamiento social. Por un lado, nos resulta aún más difícil que antes hacer una pausa en nuestra vida profesional. Por otro lado, gran parte de nuestra vida social y recreativa depende de nuestros ordenadores y smartphones.
¿Qué es la hiperconexión?
Es el uso abusivo, tanto de las nuevas tecnologías como del tiempo dedicado a ellas.
Implica, sobre todo, no dedicar tiempo al descanso y al ocio, a la vida familiar y social, a las vacaciones…
Este fenómeno a veces puede manifestarse como una necesidad irrefrenable de estar conectado a internet y a las redes sociales, lo que nos aparta de otras actividades y de las relaciones sociales.
Según una encuesta de la fundación April, 7 de cada 10 franceses no podrían prescindir de los dispositivos conectados durante más de un día, tanto en su vida profesional como personal.
¿Cuáles son los riesgos de la hiperconexión?
Hace un mes, una encuesta (Odaxe) acerca de las consecuencias del confinamiento sobre la salud de los franceses determinó que la soledad (81 %) y la hiperconexión (79 %) eran los principales riesgos asociados al teletrabajo, antes que el tabaco, el alcohol, el cannabis y el uso de medicamentos.
– Impactos sobre la salud física:
En primer lugar, la sobreestimulación del cerebro y la luz azul emitida por las pantallas de los smartphones y las tabletas pueden alterar nuestro reloj biológico, modificando nuestro ritmo del sueño, lo que puede provocar con el tiempo trastornos del sueño. Además, las personas hiperconectadas sufren de despertares nocturnos o precoces, dificultad para dormirse y suelen tener un sueño de mala calidad. Actualmente, muchas pantallas tienen filtros para la luz azul, pero en los dispositivos más antiguos no existen o no están activados.
Estar conectado todo el día puede provocar fatiga ocular y dolor de cabeza. Algunas personas, en caso de exposición excesiva, pueden sufrir sequedad ocular persistente, e incluso inflamación de la retina y del cristalino.
Si estamos conectados permanentemente, nos volvemos cada vez más sedentarios. Pasamos más tiempo frente a las pantallas y menos tiempo en movimiento y haciendo actividades físicas. A veces, incluso durante las comidas, mantenemos la mirada fija en las pantallas. Nuestra atención es absorbida por la herramienta virtual, y ya no por el placer de comer y la sensación de saciedad. Así, se hacen más frecuentes los problemas de sobrepeso, que pueden acarrear enfermedades cardiovasculares, tensión muscular y aparición de trastornos musculoesqueléticos (TME).
– Impactos sobre la salud mental:
La hiperconexión tiene numerosos efectos sobre nuestra salud mental.
En primer lugar, la sobreestimulación de las notificaciones, el miedo a perderse alguna información y la carga mental provocada son una fuente de estrés para nuestro cerebro. Nuestra capacidad de concentración y nuestra productividad disminuyen. Las personas hiperconectadas también pueden sentir otros efectos, como irritabilidad, dependencia, sobrecarga cognitiva y agotamiento.
Algunas señales de alerta:
– Se siente más estresado(a), cansado(a) o irritable.
– Tiene la sensación de no tener tiempo para usted.
– No tiene un sueño reparador (despertares nocturnos, mala calidad del sueño).
– Se siente aislado(a) (pérdida de contacto social, relaciones de menor calidad, conflictos).
– Depende totalmente de los dispositivos (no puede hacer nada sin ellos).
Haga una prueba
Si presenta uno o varios de estos signos, haga una prueba. Constituye la primera etapa para tomar conciencia de su comportamiento respecto a las pantallas. Pregúntese cuán dependiente es de las pantallas y evalúe la cantidad de tiempo que pasa sobre ellas cada día (tanto en la vida profesional como privada).
Las recomendaciones de Camille, nuestra sofróloga asociada, para conectarse de manera razonable y equilibrada
– En su vida profesional: ¡adopte buenos hábitos!
Si trabaja desde casa, es importante establecer hábitos saludables principalmente para prevenir los TME*, reducir la fatiga ocular y aligerar la carga mental.
Algunos consejos:
– Para prevenir los TME*, preste atención a su postura, practicando ejercicios de estiramiento y relajación
– Aligere su carga mental haciendo pausas, sin utilizar pantallas. Incluso una micropausa puede resultar beneficiosa…
– Establezca horarios de trabajo específicos, una rutina y rituales.
– Mejore su concentración y su eficacia centrándose en una sola tarea a la vez. Para ello, por ejemplo, puede colocar el teléfono en modo “no molestar”, establecer un horario para consultar los mensajes de correo electrónico…
– Marque claramente el fin de su jornada de trabajo, por su bien y el de sus seres queridos (ponga una alarma, apague y guarde el ordenador…)
– En su vida privada: ¡reconéctese a usted mismo!
La fundación April interrogó a una muestra de personas sobre lo que harían con el tiempo ganado si desconectaran sus dispositivos. Las actividades más citadas fueron leer, hacer deporte, relajarse y descansar. ¿Y usted? ¿Qué haría con el tiempo ganado?
Algunos consejos para retomar el control:
– Establezca un programa diario de 30 minutos de actividad física o deportiva.
– Apague todos los dispositivos digitales 1 o 2 horas antes de acostarse.
– Evite comer frente a una pantalla y preste atención a lo que come o a la persona con quien come.
– Aprenda a relajarse y a recargar su energía: pruebe la siesta flash, el yoga, la meditación, la sofrología…
– Retome el control de su agenda eligiendo para su tiempo libre actividades que realmente le interesen y lo hagan sentir bien (lectura, cursos, deporte, salidas, cocina…)
– Vida social y familiar: ¡reconéctese con sus seres queridos!
Todos los estudios demuestran que dedicar tiempo para uno y para los demás permite sentirse más calmo y aumenta la creatividad y la eficacia. Entonces, aproveche realmente los momentos que pase con sus seres queridos, limitando el uso del smartphone o la tableta cuando no esté solo. Recuerde que cuando está en familia, con los niños, representa su modelo. ¡No pase todo el tiempo sobre las pantallas!
Entonces, para limitar el tiempo pasado en las pantallas, es esencial adoptar hábitos saludables. Ya sea en su vida profesional, o en su vida social y familiar, todo comienza con buenos hábitos y un estilo de vida saludable.